El éxito de América Latina en la contención de la inflación está en riesgo debido al aumento de los desequilibrios fiscales, impulsados por un mayor gasto público para estimular el crecimiento, según un nuevo informe del Banco Mundial. La región, que ha logrado avances significativos en el control de una inflación históricamente alta, enfrenta desafíos a medida que se relajan las reglas fiscales y aumenta el gasto público.
William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, destacó que muchos gobiernos de la región están bajo presión para estimular la economía mediante un mayor gasto, lo que a menudo conduce a aumentos en el salario mínimo con el fin de impulsar el consumo. Sin embargo, esto podría socavar los avances en el control de la inflación. En una entrevista con Bloomberg, Maloney advirtió que América Latina corre el riesgo de perder su disciplina macroeconómica, lo que podría provocar una mayor inestabilidad.
El Banco Mundial predice que la economía de América Latina crecerá un 1.9% este año y un 2.6% en 2025, ligeramente por encima de las estimaciones previas, pero aún rezagada en comparación con otras regiones del mundo. Maloney subrayó que, aunque las tasas de desempleo son bajas, muchos hogares dependen de transferencias gubernamentales, ya que los salarios no se han recuperado completamente a los niveles previos a la pandemia.
Otra preocupación planteada por el Banco Mundial es la resistencia a las reformas fiscales que podrían generar más ingresos para los gobiernos. Los bancos centrales han logrado mantener la inflación bajo control mediante tasas de interés altas, pero esto también ha ralentizado el crecimiento económico. Países como Colombia, Perú y Chile han comenzado a reducir las tasas de interés, mientras que Brasil ha adoptado un enfoque más cauteloso debido a las presiones inflacionarias persistentes.
El informe también destaca que, aunque los aumentos del salario mínimo han mejorado los estándares de vida en algunos países, mayores incrementos podrían afectar negativamente los mercados laborales, generando más desempleo e informalidad. Para abordar los desafíos fiscales, el Banco Mundial sugiere implementar un impuesto a la riqueza sobre la propiedad, lo que podría generar hasta un 3% del PIB en ingresos.