Ecuador está enfrentando su peor sequía en más de seis décadas, lo que ha provocado incendios forestales generalizados, apagones a nivel nacional y graves interrupciones en la vida diaria. La crisis ha obligado al presidente Daniel Noboa a acortar su viaje a Nueva York, donde tenía previsto pronunciar un discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, para hacer frente a la situación que se agrava en el país.
Si bien los incendios han sido en gran parte controlados, los apagones continúan afectando a la nación debido a los bajos niveles de agua en los embalses. Estas carencias de energía han generado preocupaciones entre los inversores en bonos, con la deuda ecuatoriana mostrando el segundo peor rendimiento entre los mercados emergentes la semana pasada, con una caída del 3,25%.
La crisis representa una amenaza potencial para el futuro político de Noboa, ya que su popularidad podría verse afectada si no se resuelve rápidamente la situación. Según Katrina Butt, economista senior de AllianceBernstein, hay crecientes preocupaciones de que los prolongados apagones puedan erosionar la aprobación de Noboa y debilitar sus posibilidades de reelección en febrero de 2025.
A pesar de los desafíos, algunos analistas siguen siendo optimistas sobre las perspectivas de Noboa. Carlos de Sousa, gerente de cartera de deuda de mercados emergentes en Vontobel Asset Management, cree que Noboa aún tiene una fuerte posibilidad de asegurar un segundo mandato, aunque su popularidad podría disminuir a corto plazo.
Ecuador ha mostrado resiliencia, logrando un retorno del 75% en deuda este año, superando con creces el promedio de los mercados emergentes. Los inversores también esperan la implementación de un canje de deuda por naturaleza, que se espera alivie la carga de deuda de Ecuador. Sin embargo, las próximas elecciones, junto con los esfuerzos para resolver la crisis actual, desempeñarán un papel crucial en la configuración del sentimiento de los inversores en el futuro.