Mientras el presidente venezolano Nicolás Maduro busca su reelección este domingo, su administración ha logrado reducir significativamente la inflación del país, que antes era astronómica. Sin embargo, muchos trabajadores sienten poco alivio, ya que sus salarios siguen rezagados frente a los altos costos de vida.
Después de años de hiperinflación que vio tasas anuales de hasta el 130,000%, la inflación en Venezuela se ha moderado a aproximadamente un 50% en el último año. Las medidas gubernamentales, que incluyen restricciones al crédito, una tasa de cambio estabilizada y una reducción del gasto público, han contribuido a esta disminución. Por primera vez desde 2012, las cifras mensuales de inflación mostraron un incremento mínimo del 1% en junio.
A pesar de estas mejoras, los venezolanos de a pie siguen luchando. Trabajadores del sector público, como el jubilado Oscar Reyes, informan de salarios estancados que no siguen el ritmo del aumento de los precios. «Con las elecciones, el poder adquisitivo no ha cambiado en absoluto. Los precios suben», lamentó Reyes. Su pensión mensual de $100 apenas cubre los gastos esenciales.
En Valencia, Carmen Morales, una administradora de 52 años, ha visto duplicarse su factura semanal de alimentos en los últimos meses, exacerbando su tensión financiera. Morales, que gana $250 al mes y apoya a sus padres, ha expresado su frustración con la administración actual y planea votar por el candidato opositor Edmundo González. González ha prometido negociar mejores acuerdos salariales y continuar con los esfuerzos contra la inflación si es elegido.
Los economistas señalan que, aunque las tasas de inflación han disminuido, los beneficios no siempre son percibidos por los consumidores. «Incluso si la inflación cayera a cero, si ganas $200 y necesitas $500 para alimentos, la brecha persiste», comentó Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.
El enfoque del gobierno ha incluido la inyección de fondos significativos en la economía para mantener una tasa de cambio estable de 36.5 bolívares por dólar. Sin embargo, los analistas advierten que esto puede requerir ajustes futuros. Además, las restricciones al crédito bancario han obligado a los productores locales a adoptar acuerdos de venta anticipada, mientras que los empresarios han solicitado políticas fiscales más favorables para impulsar la producción y los salarios.
A medida que se acerca el día de las elecciones, las perspectivas económicas siguen siendo mixtas, con muchos votantes depositando sus esperanzas en un cambio.