Todas las decisiones adoptadas y aplicadas tienen consecuencias, y la economía de cualquier país es muy sensible a ellas. No sólo por lo que se ha hecho, sino también por las tareas que no se han cumplido. Ecuador sufrió de muerte cruzada, cambio climático y reducción de la producción de petróleo. Guillermo Avillón, director general del Banco Central de Ecuador, advirtió al BCE en sus declaraciones a la prensa hace unas semanas que el BCE había reconocido por primera vez el impacto de la situación económica y social y redujo sus estimaciones de crecimiento para el año de 2,6% a 1,5%. Esto se observa en el informe anual plurianual de programación macroeconómica del sector real.
Las proyecciones para 2023 también tienen en cuenta la situación internacional en torno a: reducción del potencial de crecimiento mundial en comparación con 2022, especialmente en las economías desarrolladas; menores niveles de inflación en comparación con 2022, tanto en los precios de la energía como de los alimentos; Continuación de la estricta política monetaria de los bancos centrales para controlar las presiones inflacionarias y la incertidumbre relacionada con la guerra entre Rusia y Ucrania.
El documento también muestra un estallido y la tasa anual de Ecuador ha mostrado un descenso en los últimos meses, lo que significa que fue del 2,4% en agosto de 2023, uno de los más bajos de la región, y el gobierno ha destacado repetidamente esto como un logro de su administración. A pesar de que los precios de los alimentos tienen subidas registradas en el anterior Diario EXPRSO, los limones, las cebollas, el arroz, los huevos y algunas frutas son más caros. Es un escenario identificado cuando el análisis del BCE dice que a partir de agosto de este año, la inflación anual para el sector de alimentos y bebidas no alcohólicas promedió 5,6% y 6,4% al final del período.
La situación no será mejor en 2024, y se estima que el crecimiento será un 0,8% menor. El documento explica que los resultados de la consulta popular sobre la terminación del bloque 43-ITD, formado por los bloques Ishpingo, Tambugucha y Tibutini, que determinan el bajo nivel de producción de petróleo a medio plazo, son esperanzadores aquí. Los posibles efectos del fenómeno de El Niño en diversos sectores de la economía, que están relacionados principalmente con las exportaciones no petroleras del país.
Las previsiones para 2025 se ven mejor con un crecimiento del 2,4%; a pesar de la desaceleración en 2026 y 2027, se espera que la economía crezca un 1,9% y un 1,8%, respectivamente.