La reciente victoria aplastante del partido gobernante de México, MORENA, ha generado importantes preocupaciones entre los inversores, que temen posibles cambios en el panorama legal y económico del país. El presidente Andrés Manuel López Obrador, en sus últimos meses en el cargo, puede aprovechar la supermayoría del partido en la legislatura para implementar cambios constitucionales radicales, lo que podría perturbar el entorno empresarial.
Preocupaciones clave
López Obrador ha propuesto varios cambios constitucionales destinados a reestructurar el poder judicial de México, debilitar las agencias reguladoras y ampliar los programas de bienestar social. Estas medidas han generado ansiedad entre los inversores por temor a la inestabilidad y la imprevisibilidad. Esteban Polidura, director de estrategia de inversión para las Américas de Julius Baer, enfatizó la necesidad de un poder judicial estable e independiente. Señaló que «lo que menos quiere un inversionista, especialmente uno que invierte miles de millones en México, es que las reglas del juego cambien repentinamente».
Una de las propuestas más polémicas implica reducir el número de jueces de la Corte Suprema de 11 a 9 y someter a todos los jueces a una elección de reconfirmación. Los críticos argumentan que esto socavaría la independencia judicial, piedra angular de la confianza de los inversores.
Implicaciones económicas
Los planes de López Obrador también incluyen un mayor gasto en pensiones y otros beneficios sociales, lo que genera preocupaciones sobre la salud fiscal de México. El gobierno proyecta un déficit fiscal del 5,9% del PIB para 2024, el más alto desde la década de 1980. Aaron Gifford, analista senior de deuda soberana de mercados emergentes de T. Rowe Price, destacó los temores de un deslizamiento fiscal a pesar de la promesa de responsabilidad fiscal de la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
El enfoque de Sheinbaum
Claudia Sheinbaum, que asumirá el cargo el 1 de octubre, se ha alineado en gran medida con las políticas de López Obrador, pero puede adoptar un enfoque más gradual de las reformas. Si bien ha manifestado su compromiso con la ortodoxia fiscal, el alcance de su desviación de las políticas intervencionistas de su predecesor sigue siendo incierto.
Damián Buchet, director de inversiones de Finisterre Capital, señaló que el presupuesto actual parece tener una motivación política para permitir que López Obrador complete proyectos clave. Sin embargo, Sheinbaum puede hacer que la economía vuelva a la prudencia fiscal.
Sentimiento de los inversores
La preocupación general de los inversores es la posible erosión de los marcos legales y regulatorios establecidos. Ramse Gutiérrez, codirector de inversiones de Franklin Templeton en Ciudad de México, enfatizó el papel fundamental de las instituciones independientes para mantener la confianza del mercado. «La cuestión principal son las reglas del juego, el Estado de Derecho, que se sigan las reglas establecidas», afirmó.
A medida que México hace una transición política, la comunidad empresarial seguirá de cerca las acciones tanto del presidente saliente López Obrador como del presidente electo entrante Sheinbaum. Sus decisiones tendrán implicaciones importantes para la estabilidad económica del país y la confianza de los inversores. Garantizar un equilibrio entre las ambiciones políticas y la estabilidad económica es crucial para mantener la confianza de los inversionistas y fomentar el crecimiento sostenible de la economía de México.