El Instituto de Defensa Colectiva de Brasil ha lanzado una acción legal significativa contra las divisiones brasileñas de TikTok, Kwai y Meta Platforms, buscando 3 mil millones de reales (aproximadamente 525 millones de dólares) por supuestamente negligir sus responsabilidades para salvaguardar a los menores en sus plataformas. Este movimiento subraya el creciente escrutinio sobre la regulación de las redes sociales en Brasil, particularmente a la luz de una reciente controversia que involucra a Elon Musk y la Corte Suprema brasileña, que resultó en multas sustanciales para las empresas de redes sociales.
Las demandas, presentadas en el estado de Minas Gerais, exigen que estas compañías implementen medidas efectivas de protección de datos y proporcionen advertencias sobre los riesgos para la salud mental asociados con el uso excesivo de sus plataformas por parte de niños y adolescentes. La acción legal se basa en varios estudios que destacan el daño potencial causado por el uso no supervisado de las redes sociales entre el público más joven.
La abogada Lillian Salgado, que representa a los demandantes, enfatizó la necesidad urgente de reformas en la forma en que operan los algoritmos de las redes sociales, específicamente en cómo manejan los datos de los usuarios menores de 18 años. «Es crucial asegurar una experiencia más segura y saludable para los jóvenes, similar a los estándares ya establecidos en los países desarrollados», declaró.
En respuesta a las demandas, Meta Platforms afirmó su compromiso de crear experiencias seguras y apropiadas para la edad de los jóvenes, citando el desarrollo de más de 50 herramientas y recursos para apoyar tanto a los adolescentes como a sus tutores. La empresa también anunció el próximo lanzamiento de una función de «Cuenta para Adolescentes» en Instagram en Brasil, destinada a restringir las cuentas a las que pueden acceder los adolescentes.
Mientras TikTok declaró que no había sido notificado formalmente sobre las acciones legales, Kwai no proporcionó una respuesta inmediata. Este desafío legal podría abrir el camino para regulaciones más estrictas sobre el uso de las redes sociales entre menores en Brasil, reflejando una tendencia más amplia de aumento de la supervisión regulatoria en el espacio digital.