El gobierno de Brasil está considerando aumentos de impuestos que no requieren la aprobación del Congreso como parte de un esfuerzo para equilibrar el presupuesto de este año, según fuentes del Ministerio de Finanzas. Esta medida surge después de que el Tesoro anunciara la posibilidad de implementar nuevas medidas de generación de ingresos para asegurar que el país cumpla con su objetivo fiscal para 2023: eliminar el déficit primario.
Los posibles aumentos de impuestos podrían incluir gravámenes sobre transacciones financieras (IOF) y aranceles a las importaciones y exportaciones. Estos impuestos se pueden ajustar mediante decreto presidencial, lo que permite al gobierno evitar el largo proceso de aprobación en el Congreso. Estos cambios, de ser necesarios, podrían incluirse en el próximo informe bimestral de ingresos y gastos, que se espera que se publique a finales de este mes.
Esto se produce después de que el gobierno congelara 15 mil millones de reales (2.68 mil millones de dólares) en gastos federales en julio, una medida destinada a ayudar a cumplir con la meta fiscal. A pesar de este congelamiento, el presupuesto federal sigue bajo presión, lo que ha llevado a los funcionarios a explorar nuevas opciones de ingresos. El gobierno presentará su evaluación actualizada de las cuentas federales el 20 de septiembre.
Un factor crucial en la decisión final del gobierno sobre los aumentos de impuestos será la aprobación de medidas compensatorias para las exenciones fiscales de nómina, que ya han sido aprobadas por el Congreso. El Ministerio de Finanzas está a la espera de que se dé luz verde a estas medidas, que incluyen aprovechar los depósitos judiciales, recolectar fondos de cuentas bancarias inactivas y repatriar activos en el extranjero. Sin embargo, incluso si estas medidas son aprobadas, su implementación no será sencilla, ya que será necesario establecer nuevos reglamentos y programas.
Estos ajustes fiscales, orientados a cerrar la brecha presupuestaria, forman parte de la estrategia más amplia del gobierno para mantener la disciplina fiscal. Sin embargo, podrían enfrentar resistencia por parte de empresas y consumidores que ya están lidiando con la inflación y la incertidumbre económica.
Con la fecha límite del presupuesto acercándose y el objetivo fiscal en juego, el Ministerio de Finanzas de Brasil está trabajando rápidamente para encontrar soluciones que estabilicen las finanzas del país, evitando al mismo tiempo recortes más profundos en los servicios públicos. Se esperan más novedades en las próximas semanas a medida que el gobierno navega por este momento crítico en su planificación fiscal.