El banco central de México, Banxico, está manejando un delicado equilibrio a medida que la inflación continúa disminuyendo, insinuando recortes más agresivos en las tasas de interés mientras enfrenta desafíos persistentes para controlar los precios de los servicios. Con las tasas de inflación mejorando más rápido de lo previsto, los responsables de la política económica están considerando sus próximos movimientos para garantizar la estabilidad económica sostenida.
En septiembre, la inflación anual bajó al 4.66%, casi un punto porcentual completo menos que a mediados de julio. La inflación subyacente, que excluye artículos volátiles, también mostró signos de mejora. A pesar de esta tendencia positiva, el subgobernador de Banxico, Jonathan Heath, se mantiene cauteloso. Enfatizó que para que la inflación cumpla con el objetivo del 3% del banco central, México debe centrarse en reducir el aumento continuo de los precios de los servicios. Estos precios han permanecido obstinadamente altos, rondando por encima del 5% durante más de dos años.
“La única manera en que podemos lograr que la inflación subyacente continúe su tendencia descendente hacia el 3% el próximo año, como es nuestra proyección, es romper la persistencia de los precios de los servicios”, comentó Heath en un reciente podcast. Su postura sugiere que el banco central debería mantener una política monetaria restrictiva hasta que estas presiones se alivien.
Por otro lado, la gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez, ha expresado su disposición a considerar recortes más amplios en las tasas de interés en el futuro, señalando que el banco central podría volverse más agresivo si la inflación sigue enfriándose. La semana pasada, Banxico redujo su tasa de interés clave en 25 puntos básicos, llevándola al 10.5%, marcando su segundo recorte en lo que va del año. Aunque Heath votó en contra de la medida, prefiriendo mantener las tasas estables, la tendencia general apunta a más flexibilización en los próximos meses.
Las decisiones de Banxico están estrechamente vinculadas a las tendencias económicas globales más amplias, particularmente a las políticas de la Reserva Federal de EE.UU. Heath reconoció que, con el tiempo, la política monetaria de México tendrá que alinearse con la de EE.UU., especialmente si la Fed continúa reduciendo las tasas.
A medida que la economía de México se encamina hacia un crecimiento más lento por tercer año consecutivo, la posibilidad de recortes más sustanciales en las tasas podría tener implicaciones de gran alcance. Las tasas de interés más bajas podrían impulsar el gasto de los consumidores y la inversión empresarial, brindando un impulso a sectores clave. Sin embargo, la persistencia de los elevados precios de los servicios sigue siendo un desafío crítico que podría influir en la política de Banxico en los próximos meses.
Todas las miradas estarán puestas en las próximas reuniones del banco central, donde se tomarán más decisiones sobre los recortes de tasas y la estrategia económica.