Ecuador enfrenta una crisis energética sin precedentes, lo que ha llevado al gobierno a anunciar un aumento considerable en los cortes de electricidad a nivel nacional debido a la peor sequía en más de seis décadas. Las autoridades han confirmado que los apagones durarán ahora 12 horas al día, en lugar de las ocho horas inicialmente planificadas. Esta medida drástica refleja los desafíos que plantea el clima adverso, que está afectando la capacidad hidroeléctrica del país.
El ministro de Energía, Antonio Goncalves, atribuyó la escasez de energía a la llegada anticipada de la temporada seca y a los cambios climáticos. El presidente Daniel Noboa declaró recientemente que la situación es un «caos», subrayando que esta es la peor sequía en 61 años. Ecuador depende de la energía hidroeléctrica para aproximadamente el 77% de su electricidad, pero la disminución de los niveles de agua en los embalses que alimentan las represas del país ha obligado a realizar ajustes importantes en las operaciones.
Para conservar energía, el gobierno ha implementado apagones nocturnos de 10 p.m. a 6 a.m., minimizando las interrupciones durante las horas del día. Se ha aconsejado a los trabajadores del sector público que trabajen de forma remota en ciertos días para ayudar a reducir la demanda de electricidad. Sin embargo, muchas regiones ya están experimentando cortes de luz antes de los apagones programados.
La crisis se ha visto agravada por el mantenimiento y las inspecciones continuas de la red eléctrica nacional, lo que ha llevado a imponer un toque de queda en seis provincias para reforzar la seguridad durante estas operaciones. La Embajada de EE.UU. en Ecuador ha emitido alertas a los ciudadanos estadounidenses, aconsejándoles limitar sus movimientos ante la presencia militar y policial aumentada.
Los problemas energéticos en Ecuador no son nuevos; el país ha estado luchando con problemas de suministro eléctrico durante más de un año. El presidente Noboa declaró el estado de emergencia en abril e introdujo varias medidas para abordar la crisis, incluida la racionación de energía y la comisión de una barcaza turca para proporcionar electricidad adicional. A medida que la situación evoluciona, el gobierno enfrenta una creciente presión para restablecer un acceso confiable a la energía para sus ciudadanos.