Las importaciones de criptomonedas de Brasil se dispararon un 60.7% en 2024, alcanzando un nuevo récord de $12,900 millones hasta septiembre, según datos del banco central. El principal motor de este aumento es la creciente demanda de stablecoins, con Tether (USDT) y USD Coin (USDC) de Circle representando casi el 70% de todas las transacciones de criptomonedas en el país. Esta tendencia destaca un cambio hacia activos digitales estables en una región históricamente marcada por la volatilidad económica.
Las stablecoins, vinculadas a monedas tradicionales como el dólar estadounidense, ofrecen a los inversores brasileños una alternativa más estable frente a criptomonedas más volátiles como Bitcoin. Esta estabilidad las ha vuelto especialmente atractivas para transacciones transfronterizas, ya que permiten transferencias más rápidas y seguras en comparación con los métodos tradicionales. Sin embargo, el creciente uso de stablecoins también ha generado preocupaciones en el banco central de Brasil, ya que las autoridades temen el posible mal uso para evasión fiscal y otras actividades ilícitas.
En respuesta, el banco central de Brasil, liderado por Roberto Campos Neto, anunció planes para regular las stablecoins en 2025. El objetivo es fortalecer la supervisión y abordar los riesgos asociados a estos activos, sin dejar de fomentar la innovación dentro del sector financiero. Aunque las importaciones netas de criptomonedas en septiembre registraron una leve disminución de $1,500 millones en agosto a $1,400 millones, el crecimiento general sigue siendo sólido. El mercado de criptomonedas de Brasil ahora ocupa el décimo lugar a nivel mundial, posicionando a la nación como líder regional en finanzas digitales.
La rápida adopción de stablecoins en Brasil refleja un cambio más amplio en toda América Latina hacia monedas digitales y soluciones financieras innovadoras. Esta tendencia podría tener importantes implicaciones económicas, potencialmente transformando las prácticas financieras y fomentando la colaboración regulatoria internacional para gestionar el equilibrio entre la estabilidad económica y la creciente influencia de los activos digitales.