El francés Christian Bajar y la brasileña Sonia Bonato, separados por nueve mil kilómetros, Ellos son los agricultores, pero ven de manera muy diferente la posibilidad de ratificar el controvertido acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercado Común del Sur (el MERCOSUR).
Bajar, que cría vacas en la ciudad de San-Sinforian-de-Bois, en el centro-este de Francia, dice que este acuerdo «podría poner en peligro la agricultura francesa porque no tenemos agricultores al nivel de las de América Latina».
Según «Francia», si el Acuerdo fuera ratificada entre la Unión Europea y los cuatro Estados del Mercado Común del Sur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), Bajar temía que su granja desapareciera ante la «competencia desleal» de las Enormes granjas de América Latina.
Al otro lado del Océano Atlántico, este acuerdo es sinónimo de esperanza para Sonia Bonato, que lleva 27 años cultivando soja en Ibamere, en el estado central brasileño de Goias
La temporada de cosecha de soja acaba de terminar, revelando el suelo rojo de su granja que dirige con su esposo Nilton. En Brasil, la producción de soja se distribuye en tres temporadas de cosecha.
Sonia Bonato, de 66 años, dice: «Para nosotros, nos sentimos seguros sabiendo que podremos vender nuestra producción. No hay suficientes personas en Brasil para consumir todos los alimentos que producimos aquí.»