La inflación en Brasil ha aumentado en el mes previo a mediados de octubre, impulsada en gran medida por el aumento de los precios de la electricidad. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), los precios al consumidor subieron un 0,54% en este período, un aumento significativo respecto al 0,13% registrado en el mes anterior. Este aumento, medido por el índice IPCA-15, superó las expectativas de los economistas de un incremento del 0,50%, según una encuesta realizada por Reuters.
En los últimos 12 meses hasta mediados de octubre, la inflación alcanzó el 4,47%, superior al 4,12% observado en el período anterior y por encima de la previsión del 4,43% de los economistas encuestados por Reuters. Un factor clave que contribuyó a este aumento fue el incremento de los precios de la electricidad residencial, que subieron un 5,29% en el mes. El impacto de los altos costos energéticos se ha visto exacerbado por la actual sequía en Brasil, intensificando aún más la presión al alza sobre la inflación.
Además de la electricidad, los precios de los alimentos también experimentaron un notable aumento, con un incremento del 0,87% en octubre. Esta combinación de aumentos en los precios de alimentos y energía ha generado una mayor presión sobre los hogares y ha suscitado preocupaciones sobre las tendencias inflacionarias futuras en la mayor economía de América Latina.
Se espera que el aumento sostenido de la inflación influya en la política monetaria del Banco Central de Brasil (BCB). El mes pasado, el comité de fijación de tasas de la autoridad monetaria, conocido como Copom, aumentó las tasas de interés en 25 puntos básicos, marcando el inicio de un nuevo ciclo de aumentos. Se anticipa un endurecimiento adicional de la política monetaria a medida que persisten las presiones inflacionarias. Kimberley Sperrfechter, economista de mercados emergentes en Capital Economics, destacó que, con el aumento de la inflación en los servicios y las expectativas inflacionarias desancladas, se está volviendo cada vez más probable una aceleración en los aumentos de tasas de 25 a 50 puntos básicos.
El fuerte aumento en los precios de la electricidad y los alimentos, junto con la postura restrictiva del banco central, se espera que mantenga la inflación bajo estrecha vigilancia en los próximos meses, mientras Brasil enfrenta desafíos económicos más amplios.