Ecuador se enfrenta a una crisis energética debilitante, con apagones diarios de hasta 10 horas que interrumpen gravemente la vida cotidiana y ponen bajo presión la frágil economía del país. Estos cortes de energía, exacerbados por una sequía prolongada que afecta la generación hidroeléctrica, han puesto de relieve la fuerte dependencia del país en las lluvias para generar más del 70% de su electricidad. La situación se está convirtiendo rápidamente en un desafío político importante para el presidente Daniel Noboa, cuya candidatura a la reelección en febrero podría verse amenazada por la crisis en curso.
Los apagones han provocado interrupciones generalizadas, desde semáforos que no funcionan hasta fallos en el servicio de internet. A los residentes se les ha pedido que limiten el uso de electrodomésticos de alto consumo como las lavadoras, mientras muchas empresas luchan por mantener sus operaciones. En sectores como la ganadería lechera, la producción ha caído significativamente debido a las dificultades para alimentar al ganado y procesar la leche. Los sectores industriales, incluidos los fabricantes de electrodomésticos, también han sufrido, con algunas empresas informando de una caída del 50% en las ventas.
El banco central de Ecuador había proyectado inicialmente un crecimiento del PIB del 0,9% para 2024, pero esto ahora se considera poco realista dado el impacto económico de la escasez de energía. Mientras tanto, los bonos del país han perdido valor, lo que refleja la creciente preocupación entre los inversores de que la crisis podría impulsar el apoyo a los candidatos opositores con menor disciplina fiscal.
En respuesta a la crisis, el gobierno de Noboa ha introducido varias medidas a corto plazo, como la designación de una nueva ministra de energía y el aumento de los límites a la inversión privada en el sector eléctrico. Sin embargo, los cambios estructurales reales requieren una inversión significativa y tiempo, dos cosas de las que Ecuador carece. El gobierno también ha importado energía de emergencia desde una barcaza turca, pero esta solución temporal no es suficiente para cubrir el déficit nacional.
Mientras los ecuatorianos se preparan para más apagones, la incógnita es si Noboa podrá estabilizar el sector energético a tiempo para salvar tanto la economía como su futuro político.