La recesión económica de Argentina se profundizó en el segundo trimestre de 2024, con una contracción del 1,7% en comparación con el trimestre anterior, marcando la tercera caída trimestral consecutiva. La recesión se vincula a las estrictas medidas de austeridad del presidente Javier Milei y la significativa devaluación de la moneda introducida desde que asumió el cargo en diciembre.
Si bien el sector agrícola de Argentina creció un 81,2% interanual, beneficiándose de la temporada de cosecha, industrias clave como la construcción y la manufactura cayeron con descensos del 22,2% y 17,4% respectivamente. El gasto de los consumidores, la inversión privada y el gasto público también disminuyeron, lo que agrava aún más los desafíos económicos del país.
Las políticas de Milei, dirigidas a frenar la inflación—actualmente por encima del 250%—y a reducir los déficits fiscales, han golpeado duramente a varios sectores. El programa de austeridad, aunque considerado necesario para estabilizar la economía, ha elevado las tasas de pobreza, con la mitad de los 46 millones de ciudadanos de Argentina viviendo por debajo de la línea de pobreza.
A pesar de las sombrías cifras, Milei sigue comprometido con sus reformas económicas, proyectando una caída del 3,8% del PIB para 2024, pero esperando un crecimiento del 5% para 2025. Sin embargo, los analistas se muestran cautelosos, prediciendo tasas de crecimiento más modestas y destacando los desafíos que enfrenta la segunda economía más grande de América del Sur mientras lucha por salir de la recesión.