El Banco Central de Brasil ha elevado su tasa de interés de referencia por primera vez desde 2022, señalando un cambio en su política monetaria para controlar la inflación. El miércoles, el comité de fijación de tasas del Banco Central, conocido como Copom, decidió por unanimidad aumentar la tasa Selic en 25 puntos básicos, llevándola al 10,75%. Este movimiento, ampliamente anticipado por los analistas, refleja la creciente preocupación por las presiones inflacionarias impulsadas por un crecimiento económico más fuerte de lo esperado y un mercado laboral resiliente.
La decisión marca una reversión de la postura anterior del banco central, donde las tasas se habían mantenido estables tras una serie de recortes. Los datos recientes mostraron que la economía de Brasil superó las expectativas en el segundo trimestre, impulsada por un consumo robusto y el aumento de los salarios. Esta mayor actividad económica, junto con un mercado laboral ajustado, ha amplificado los riesgos inflacionarios, lo que llevó al banco central a adoptar un enfoque más restrictivo.
Los encargados de la política monetaria enfatizaron su compromiso con el control de la inflación, citando la necesidad de una «política monetaria más contractiva» a la luz del aumento de las proyecciones inflacionarias. La tasa de inflación en Brasil alcanzó el 4,24% en agosto, muy por encima del objetivo del 3% del banco central, lo que genera preocupaciones sobre presiones de precios prolongadas. El banco central ha revisado su previsión de inflación para 2024 al 4,3%, con expectativas de que la inflación se mantenga por encima del objetivo hasta 2025.
Los economistas anticipan más aumentos de tasas en los próximos meses, con algunos prediciendo que la tasa Selic podría alcanzar el 11,25% para fin de año. El banco central, bajo el liderazgo entrante de Gabriel Galipolo, sigue enfocado en estabilizar la inflación y asegurarse de que se mantenga dentro del rango objetivo.
Este cambio contrasta con el de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que recientemente inició un ciclo de recorte de tasas para apoyar el crecimiento económico. Sin embargo, el Banco Central de Brasil está tomando medidas decisivas en la dirección opuesta para mantener la estabilidad de los precios en medio de crecientes presiones económicas.