La tasa de inflación de Bolivia alcanzó su nivel más alto en casi 10 años en agosto, impulsada por el aumento de los precios de los alimentos y los combustibles. Datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) mostraron un aumento interanual del 4.77%, marcando el mayor incremento desde 2014.
El aumento en los costos de bienes esenciales, como la carne, el aceite de cocina y el pan, ha ejercido una presión significativa sobre los presupuestos familiares. El repunte de la inflación ocurre mientras Bolivia lidia con factores económicos globales, como la crisis energética y el alza de los precios del petróleo, que han incrementado los costos de producción y transporte.
A nivel interno, la dependencia de Bolivia de las exportaciones de gas natural, que han visto una disminución en la producción, y los recientes cambios políticos han agravado las preocupaciones económicas. A pesar de los esfuerzos del gobierno, como los subsidios y los controles de precios, muchos piden reformas más profundas para abordar las causas fundamentales de la inflación.
El aumento de la inflación ha generado descontento público, con protestas en varias ciudades. Aunque las autoridades mantienen la esperanza de que la inflación disminuya a finales de este año, los analistas económicos advierten que las presiones sobre los precios podrían persistir en los próximos meses.