Las pequeñas tiendas están apareciendo cada vez en toda la Habana, muchas de ellas instaladas en casas o estacionamientos, a medida que el sector privado se afianza en las ciudades de cuba.
Las pequeñas empresas, que comenzaron otorgar licencias en 2021, están desafiando a las compañías dirigidas por un estado de partido único cuyo número de clientes están disminuyendo día a día, ya que cuba sufre de escasez de divisas y alta inflación en medio de la peor crisis económica del país en 30 años.
Desde estacionamientos, balcones o pequeñas tiendas alquiladas, los cubanos venden de todo, desde dulces hasta carne y productos lácteos hasta comestibles que se han vuelto difíciles de encontrar en otros lugares.
» Si necesitas algo que no puedes encontrar en las tiendas estatales, las pequeñas tiendas tienen todo lo que necesitas», dijo María Leonor, de 73 años, cliente de estas pequeñas tiendas.
Después de seis décadas de monopolio estatal sobre la actividad comercial, el gobierno aprobó en agosto de 2021 la licencia para establecer pequeñas y medianas empresas, según los franceses.