Trabajadores agrícolas en un campo cerca de la ciudad de Huacho, capital de la región peruana de Lima, cosechan los frutos de la fresa, un importante cultivo agrícola del Perú que en los últimos años se ha convertido en una prestigiosa fuerza agrícola. Pero los agricultores, funcionarios e inversionistas del sector agrícola peruano no son optimistas sobre los cultivos de este año y del próximo, debido al fenómeno climático de El Niño, que se espera ponga fin al crecimiento de las exportaciones agrícolas del país, habiendo crecido un 10 por ciento anual en los últimos cinco años, y se esperaba alcanzar un récord de $11 mil millones este año. El sector agrícola de Perú recibió un doble golpe en la agitación política y las protestas que lo acompañaron, que llevaron al cierre de carreteras y puntos de venta en conjunción con la temporada de cosecha de verano, así como las malas condiciones climáticas que interrumpieron el suministro de agua de riego, con zonas inundadas, mientras que otros experimentaron sequías que llevaron a la escasez de recursos hídricos. Todo esto ha tenido implicaciones notables para que los organismos competentes reduzcan sus expectativas sobre la cosecha del año actual y el próximo.
Debido al proyectado fenómeno de El Niño en Perú este año, que fue el último en 2017, los agricultores e inversionistas agrícolas del país se están preparando para tiempos difíciles que pondrán fin a un período de cinco años de crecimiento durante el cual Perú, un país andino en Sudamérica, se ha convertido en uno de los mayores productores mundiales de frutas y verduras, especialmente uvas, fresas, bayas, mango, espárragos y avos.
Esta es una prueba más de los efectos económicos desastrosos del cambio climático, especialmente en los países del mundo en desarrollo que carecen de infraestructura y recursos financieros adecuados para controlar los insumos de la producción agrícola, como es el caso de Perú y sus agricultores esperando el esperado El Niño! (Foto de Washington Post Learning & Syndication Service)