Con los altos costos de las guarderías en los Estados Unidos y la insuficiente vivienda para los niños, los padres, especialmente las madres, se ven obligados a abandonar sus trabajos y necesitan sus hogares para cuidar de sus hijos.
«El problema existía antes de la pandemia COVID-19, pero ha empeorado desde ese momento», dice Kevin Schreiber, quien preside la Alianza Económica del Condado de York en el este de Pensilvania.
Schreiber habló al margen de una reciente visita del presidente del Banco Central de EE.UU. Jerome Powell y el presidente de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker, para reunirse con los actores económicos locales.
En ausencia de plazas en hogares infantiles y de tales servicios a precios aceptables, es imposible encontrar o conservar un trabajo, mientras que los Estados Unidos sufren una escasez significativa de mano de obra, según «francés».
El Distrito Industrial de York, ubicado entre Washington y Nueva York, ha perdido el 20 por ciento de sus hogares de atención desde la pandemia COVID-19, mientras que el rol continuo opera al 85 por ciento de su capacidad debido a la escasez de personal, explica Kevin Schreiber.
En total, la pandemia COVID-19 en los Estados Unidos ha provocado el cierre de unos 16 mil viveros, o «10 por ciento de su total», según Calvin Moore, presidente del Consejo de Recuperación de Providencias, que otorga licencias a empresas, basado en un estudio realizado por Child Care Our of America.