Los votantes acuden a las urnas en Argentina el domingo para elegir un nuevo presidente que suceda al presidente saliente Alberto Fernández, en un momento en que el último estudio de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe mostró que la tasa de pobreza del país superó el 40%, o cerca de 19 millones de personas, muchas de las cuales son 124%. Además de la inflación, que ha alcanzado el nivel más alto del mundo, uno de los exportadores de productos agrícolas más importantes del mundo no puede garantizar sus necesidades alimentarias básicas.
El diario argentino «Clarín» señaló que en las elecciones programadas para el 22 de octubre los candidatos presidenciales necesitan al menos el 45% de los votos. O 40% el requisito de avanzar sobre los segundos competidores por más de 10% para ganar en la primera ronda y si nadie alcanza esta proporción, será necesario celebrar una segunda ronda, que está prevista para el 19 de noviembre.
Javier Milley, quien lidera el partido Freedom Ahead, lidera las encuestas recientes, que probablemente ganen el voto más alto en la primera ronda, pero no se espera que excedan el 45% de exención de la segunda ronda para llegar a la presa presidencial.
Argentina está sufriendo una profunda crisis económica con alta inflación, y el PIB del país cayó un 2,8% en el segundo trimestre de este año, lo que indica una fuerte desaceleración económica, según los últimos registros oficiales.
Los hogares se enfrentan a una pérdida constante de poder adquisitivo debido al aumento exponencial del índice de precios al consumidor. Según el INDEC, la tasa subió al 138% en septiembre, frente al 88% de hace un año.
El estudio también indica que el creciente número de pobres y la recesión económica de décadas han causado una ola de descontento y profunda indignación entre los ciudadanos, reflejada en la inversión del apoyo del actual Gobierno, o una tendencia a apoyar las elecciones populistas extremistas.